Tijuana, 15 de Febrero de 2010.-


 A TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:
A LA CIUDADANIA EN GENERAL:

PRESENTES:

La Asociación Nacional de Periodistas A.C. (ANPAC) lamenta profundamente que sigan cometiéndose afrentas y agresiones contra comunicadores de cualquier medio de información y de expresión, como es el caso de la detención arbitraria de que fue objeto el compañero periodista policiaco Alfonso Margarito Martínez Esquivel, quien además de trabajar para diversos medios, es Secretario de Organización de la Subdelegación Tijuana de ANPAC.

No obstante que fue liberado aproximadamente después de una hora de ser detenido por unos abusivos policías municipales, resulta indignante que con elevada frecuencia son registrados actos de prepotencia de los agentes locales con el pretexto de que se les “obstruye la labor policiaca” y que “no acatan la orden de retirarse”…ante lo cual nos preguntamos: ¿qué pasa entonces con la obstrucción a la labor periodística? ¿porqué agreden flagrantemente la ley de acceso a la información y los derechos a la investigación e informar por cualquier medio de expresión, sin limitación de fronteras, conforme lo estipula el artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, y las garantías constitucionales de nuestra Carta Magna en sus artículos primero, cuarto, sexto, séptimo, noveno, 14 y 123? Y lo que es peor, violentan todas esas garantías impunemente.

Cabe hacer la observación de que en buena medida la pronta liberación del compañero Margarito Martínez Esquivel se debió también a la rápida movilización de reporteros de diferentes medios de comunicación; pero si eso hacen con periodistas y comunicadores en general, ¿qué no harán o hacen con ciudadanos comunes y corrientes? Porque además, los elementos policiacos siguen usando capuchas hasta para detener a un simple raterillo, o a cualquier transeúnte, bajo cualquier pretexto que se les ocurra, con tal de completar sus “cuotas” de detenidos.

Es inconcebible que nuestras autoridades, como ustedes a los que recurrimos, por ser los que tienen injerencia más directa con el asunto que exponemos, emiten tantos discursos sobre respeto al estado de derecho, y sin embargo, permiten, toleran, consienten, o mínimo ignoran las arbitrariedades, abusos, prepotencias y agresiones directas que cometen sus subordinados, como es el caso, del orden policiaco.

La Asociación Nacional de Periodistas A.C. (ANPAC) repudia tajante y categóricamente todas esas manifestaciones agresivas contra los comunicadores de Baja California, y en especial, en este caso, de Tijuana, que para la desgracia de toda la ciudadanía de esta localidad, se ha convertido en una tierra sin ley, en una ciudad humillada por sus autoridades, porque ya no solamente tenemos que cuidarnos de los delincuentes, sino también de los policías, que se supone están para cuidar a todas las personas de bien.

De la manera más atenta estamos pidiendo, con fundamento en los artículos 19 de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, y las garantías constitucionales de nuestra Carta Magna en sus artículos primero, cuarto, sexto, séptimo, noveno, 14 y 123, que se respete, pero también que se facilite y no pongan traba alguna al ejercicio de la actividad periodística.

Asimismo, por petición encarecida de la sociedad, que dejen de operar los policías cubriéndose con capuchas y tapando los números económicos de sus patrullas, porque es un hecho indiscutible que las “labores de inteligencia” y las detenciones de peligrosos elementos de la delincuencia organizada han sido detenidos por el Ejército Mexicano, pero no por policías locales. Además, frecuentemente se han recibido quejas y denuncias de ciudadanos contra policías corruptos que se escudan en esos pretextos para cometer ilegalidades execrables como son los allanamientos de morada, daños en propiedad ajena, privaciones ilegales de la libertad, torturas y “fabricación” de “delincuentes”.

No es posible entender el progreso y bienestar de la sociedad cuando se le pisotean sus derechos.
En el caso del compañero Alfonso Margarito Martínez Esquivel también exigimos una disculpa pública de las autoridades municipales y del estado, así como la declaración escrita de improcedencia absoluta de la detención de que fue objeto el compañero, toda vez que, para aparentar que “hicieron un favor”, la juez municipal amonestó al reportero, “nada más”, pese a que reconoce que no había motivo ni justificación para sancionar. Y es que esa es la verdad: no hubo motivo alguno de sanción; por el contrario, se cometió un acto grave por parte de los policías.

Esperamos una respuesta positiva a este oficio que es avalado por todos los periodistas de Tijuana y del estado de Baja California, bajo la premisa que es el lema de ANPAC: “La libertad de expresión es conquista irreversible del pueblo”.

ATENTAMENTE:




C. Juan Alfonso Ojeda Reyes
Delegado Regional Noroeste
de la Asociación Nacional
de Periodistas A.C. (ANPAC)



C. Luis Franco Prado
Delegado de la Asociación
Nacional de Periodistas A.C. (ANPAC)
en Baja California.




C. Pedro Castillo Chavoya
Subdelegado de la Asociación
Nacional de Periodistas A.C. (ANPAC)
En Tijuana.
 





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