Álvaro Delgado
MÉXICO,
D.F.- Una vez que se ha demostrado con vasta
información que El Yunque no es un mito ni un mote, pese a que la
pereza, la estulticia y la complicidad se empeñan en lo contrario, ha
llegado el momento de que institucionalmente se tome una definición
sobre esta organización secreta que, como se denunció ante la
Procuraduría General de la República (PGR), opera como un cártel de
criminales.
Ha sido ya formalizada ante la PGR una denuncia penal por los
delitos de traición a la patria, sedición, terrorismo, sabotaje y
conspiración, presuntamente cometidos por un grupo de jefes y
operadores de El Yunque, cinco de ellos de militancia en el Partido
Acción Nacional (PAN), cuyo presidente, César Nava, es también un
prominente juramentado.
Se trata de Bernardo Ardavín Migoni, jefe general de la
organización desde 1995 en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua,
Costa Rica, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil,
Estados Unidos, España, Francia y Filipinas, países donde El Yunque
tiene presencia; José Antonio Quintana Fernández, jefe general hasta
1995 y actualmente jefe general emérito, y Guillermo Velasco Arzac,
jefe en México e integrante del Mando Nacional.
Estos tres personajes no tienen militancia formal en el PAN,
pero no hace falta porque sus instrucciones son operadas por otros de
los denunciados ante la PGR por Luis Paredes Moctezuma, quien militó en
El Yunque durante tres décadas.
Otros dos denunciados son Manuel Espino, antecesor de Nava en la
presidencia del PAN, y Marco Antonio Adame, gobernador de Morelos, este
último “Jefe de la Estrategia PAN a nivel nacional”, es decir,
encargado de hacer que El Yunque mantenga y refuerce el control en ese
partido.
Los otros tres denunciados son Fernando Guzmán Pérez-Peláez,
jefe de El Yunque en la región Occidente, que incluye Jalisco, Colima y
Nayarit; Gerardo Mosqueda Martínez, jefe en El Bajío, con mando en
Guanajuato y Aguascalientes, y Alfredo Botello Montes, jefe en
Querétaro e Hidalgo.
Como se detalla en el reportaje que se publica en el semanario
Proceso, Guzmán y Mosqueda son secretarios de Gobierno de Jalisco y
Guanajuato, respectivamente, y Botello Montes, quien ocupó el mismo
cargo en Querétaro, es actualmente secretario de Acción de Gobierno del
Comité Ejecutivo Nacional del PAN que preside Nava.
De acuerdo con la denuncia de Paredes, los involucrados –“jefes,
operadores y cómplices de la Organización Nacional del Yunque”--
presuntamente han cometido los delitos previstos en el Libro Segundo,
Título Primero del Código Penal Federal:
Traición a la Patria: “Realizan actos que comprometen a la
seguridad nacional en función de los intereses supranacionales de esa
organización. Algunos de sus militantes tienen acceso a información
reservada a los más altos niveles del Estado mexicano y, según he sido
enterado, es filtrada a gobiernos y/o entidades extranjeras. Anteponen
los intereses de su organización a los de nuestra patria. La soberanía
nacional no se restringe a preservar su territorio y recursos
naturales, sino que en gran parte es de orden jurídico y político, y
dicho orden va siendo socavado por la perniciosa acción de esa
organización.”
Sedición: “El Yunque realiza tareas de inteligencia para
interferir en las funciones del Estado mexicano. Bajo amenaza, dicta
línea y consigna a numerosos legisladores y funcionarios federales,
estatales y municipales a lo largo y ancho del país con la finalidad de
imponer a la nación una forma de vida ceñida a la ideología que
profesan. El Yunque pretende abolir --de facto-- la esencia democrática
de nuestro orden constitucional, expresamente la división de poderes,
al ir tomando el control de los órganos del Estado para constituirse en
el poder real --que actuaría oculto-- sojuzgando a la República como ya
se ha visto en Guanajuato, Jalisco y Morelos. En Puebla, su cómplice
Mario Marín Torres, da claro ejemplo de la subordinación de los poderes
Legislativo y Judicial al Ejecutivo.
Terrorismo: “No tiene otro nombre el propósito, no de espantar a
una persona, sino de aterrorizar a los políticos mexicanos todos, con
que de no ceñirse a sus dictados serían difamados, desacreditados e
incluso perseguidos hasta privarles de su libertad, destruyendo su
patrimonio y el de sus familias, e incluso amagándoles con asesinarles
--suicidándose en prisión de cinco puñaladas por la espalda--, como
amenazaron hacer conmigo.
Sabotaje: “El Yunque sabotea al Estado mexicano entorpeciendo
las funciones de sus dependencias, esto ha sucedido y sucede en todo el
país en los diferentes órdenes de gobierno. El Yunque impide la
ejecución de planes y programas de gobierno, como lo hicieron con el
ayuntamiento de Puebla 2002-2005 que tuve el honor de presidir, al que
sistemáticamente calumniaron y acosaron desde puestos en las
legislaturas federal y estatal, desde el Partido Acción Nacional, desde
Cámaras y sindicatos empresariales y desde universidades públicas y
privadas, realizando tales actos por sí y también incitando a otros a
que lo hicieran. Así sucede ahora en contra del presidente Calderón y
el principal ejecutor de esos planes es Manuel Espino Barrientos...“
Según Paredes Moctezuma, la actuación de los jefes y miembros de
El Yunque constituyen una conspiración contra México y por ello emplaza
a la PGR a iniciar la averiguación previa correspondiente para
acreditar si, en efecto, ésta existe.
Obviamente, para proceder a tal propósito se requiere voluntad
política al más alto nivel, específicamente de Felipe Calderón.
No se trata de que se le haga caso a un militante del PAN que se
dice afectado en sus derechos políticos, como Paredes, sino un asunto
que concierne a la nación, un asunto de salud pública.
Aun cuando el procurador Arturo Chávez Chávez es conocido en
Chihuahua por su pertenencia a la facción de El Yunque y como
procurador de ese estado fue capaz de encubrir a una banda de
asaltabancos integrada por miembros de esa organización y ahora actúe
como abogado de la jerarquía católica, quizá pueda tener gallardía para
iniciar una averiguación previa con base en la denuncia de Paredes.
Quizá tenga un arranque de grandeza, aunque se encolerice Calderón…
Apuntes
Reproduzco la cita de Jesús Ortega, presidente del PRD, escrita aquí
la semana pasada sobre el personaje que tiene ensangrentado el país,
pese a que el tema ya salió de su repertorio de peroratas: “Yo soy una
persona que trata de ser congruente con lo que piensa. He dicho, y lo
sostengo, que Calderón es y será ilegítimo, y que esa ilegitimidad no
se quita como si se quitara una mancha en la camisa. Calderón es y será
ilegítimo por los siglos de los siglos.”
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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