viernes, 28 de diciembre de 2007

A Mil Dias Sin Alfredo y...Nada

MÉXICO, D.F. (AEE)
A mil días de la desaparición de Alfredo Jiménez Mota, la PGR no ha podido localizarlo.
Ni siquiera sabe quién lo privó de su libertad ni confirma o descarta que siga con vida.
A través de una carta dirigida a la Asociación de Editores de los Estados (AEE), la dependencia reitera que han trabajado once líneas de investigación, hasta el momento sin resultados.
“Las once líneas de investigación se han analizado y trabajado minuciosamente, y hasta el momento no ha sido posible su localización (de Alfredo) ni se ha establecido quién o quiénes pueden tener más información que conduzca a su localización”, cita.
La AEE solicitó una entrevista con el fiscal encargado del caso y el procurador de la PGR, Eduardo Medina Mora. La respuesta fue un posicionamiento por escrito al respecto.La PGR da a conocer un informe pormenorizado de las acciones realizadas en la averiguación previa 031/2005. Esa investigación la atrajo la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) de la averiguación previa 90/05.Según la Siedo, en el 2007 han realizado varias diligencias ministeriales en el Estado.
Y aunque han recabado las declaraciones de personas implicadas en el caso, no se ha obtenido nada concreto que lleve al paradero de Alfredo Jiménez.Está viva la ilusión de volver a verloYa 24 mil horas han pasado desde aquel 2 de abril del 2005 en que Alfredo “desapareció” y hoy, a mil días de distancia, en su casa, en Empalme, aún lo esperan.
Ya han sido mil noches en que su mamá, doña Esperanza, ha llorado junto a la cama en que su hijo, el “chipilón”, durmió la última vez que estuvo en casa, en la colonia Oriente de Empalme.Leticia aún no utiliza los jabones para perfumar que Alfredo le regaló la última vez; don José Alfredo, su padre, tampoco quiere usar el desodorante que su hijo le dejó.
La tristeza llegó hace mil días a la casa de los Jiménez Mota en Empalme y todavía no se ha ido, de hecho creen que no se irá nunca, por el hijo que sigue ausente.A doña Esperanza, los mil días que su hijo ha estado ausente, no le han quitado la ilusión y el sentimiento, de que un día lo volverá a ver.Y aunque muchos ya lo dan por muerto, para ellos él sigue vivo y en cualquier momento regresará a casa.Al menos así lo hemos soñado, comentó doña Esperanza Mota Martínez, madre de Alfredo.
“Yo lo sigo soñando, Leti también y mi esposo… yo lo sueño que llega a la casa, que toca la ventana y que entra delgado, muy delgado, muy flaco, pero vivo”, platica.Y es que una madre siente a los hijos, continúa, y nunca lo ha sentido muerto.Se ve una mujer fuerte, entera; la ausencia de Alfredo la ha desmoralizado al límite, pero se mantiene fuerte con la ilusión de que algún día su hijo entrará por la puerta y le dirá de nuevo “mamá”.
Cocinará otra vez, como desde hace más de mil días no lo hace, unas salchichas con papas que a Alfredo tanto le gustan; terminará la camisa que estaba cosiendo para él y que dejó de hacer.Las navidades volverán a ser normales; reunidos los cuatro en la mesa para la cena y la pierna que a Alfredo tanto le gustaba en Navidad o Año Nuevo.Esperanza no se cansa de hablar de Alfredo, recuerda todas las anécdotas y cada detalle de la última vez que vio a su hijo, un fin de semana antes de su desaparición.
Ese día no lo pudieron llevar a la Central de Autobuses como siempre lo hacían; llamaron un taxi y observaron cómo dio vuelta en la esquina con su hijo a bordo… esa esquina en la que don Alfredo soñó que su hijo regresaba caminando.Sin resultados en mil días Teorías, líneas de investigación que no han llevado a nada y la promesa de que no abandonarán el caso, es sólo lo que la investigación en el caso Alfredo ha dejado.Nadie sabe dónde está; como desde las primeras horas de su desaparición, hasta hoy, mil días después, no se sabe dónde está Alfredo.Don Alfredo Jiménez Hernández, padre del reportero de EL IMPARCIAL, aún tiene confianza en que las autoridades siguen investigando y no han abandonado el caso.
“El problema es que no se tienen resultados”, dijo.Cualquier detalle, cualquier comentario, cualquier mensaje que se recibe en torno a la desaparición de su hijo, la han comunicado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), pero a mil días ninguna ha tenido resultado.“Sólo espero que de verdad sigan investigando el paradero de mi hijo”, comenta.
Un plato a cada migrante La casa de la familia Jiménez Mota está cerca de las vías del tren, a donde diariamente decenas de migrantes que viajan como “trampitas” a bordo del tren carguero llegan cada día.Doña Esperanza en varias ocasiones se ha quitado el “pan de la boca” para dárselo a quienes llegan pidiendo un “taco” para comer; la razón hace llorar a la madre de Alfredo.“Yo espero que donde esté mi hijo, alguien, quién sea, también le esté dando un pedazo de pan”, relata, antes de romper en llanto.

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