......... Tercera parte de : Todos Santos Día De Muertos; por Octavio Paz, de El Laberinto de
Por: Aaron García Ibarra
Si en la vida diaria nos ocultamos a nosotros mismos, en el remolina de
No seria difícil enumerar otros, igualmente reveladores: el juego que es siempre un ir a los extremos, mortal con frecuencia; nuestra prodigalidad en el gastar, reverso de la timidez de nuestras inversiones y empresas económicas, nuestras confesiones. El mexicano, ser hosco, encerrado en si mismo, de pronto estalla, se abre el pecho y se exhibe, con cierta complacencia y deteniéndose en los pliegues vergonzosos o terribles de su intimidad. No somos francos, pero nuestra sinceridad puede llegar a extremos que horrorizarían a un europeo. La manera explosiva y dramática, a veces suicida, con que nos desnudamos y entregamos, inermes casi, rebela que algo nos asfixia y cohíbe. Algo nos impide ser. Y por que no nos atrevemos o no podemos enfrentarnos con nuestro propio ser, acudimos a
La muerte es un espejo que revela las vanas gesticulaciones de la vida. Toda esa abigarrada confusión de actos, omisiones, arrepentimientos o tentativas - obras y sobras – que es cada vida, encuentra en la muerte, ya que no sentido o explicación, fin. Frente a ella (la muerte) nuestra vida se dibuja e inmoviliza. Antes de desmoronarse y hundirse en la nada, se esculpe y vuelve a ser forma inmutable: ya no cambiaremos sino para desaparecer.
Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tubo nuestra vida. Por eso cuando alguien muere de muerte violenta, solemos decir: se la busco . Y es cierto, cada quien tiene la muerte que se busca, la muerte que se hace. Muerte de cristiano o muerte de perro son maneras de morir que reflejan la manera de vivir. Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Sino morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime como mueres y te diré quien eres.
....... Fin de la tercera parte de: Todos Santos Día de Muertos; por Octavio Paz; editorial E.F.E.; México D.F. 2002
Trascrito por: Aaron García Ibarra 10 de octubre de 2008